Elecciones y
seguridad interior
*CNDH advirtió
riesgos
*Meade pide
“defender” a Peña
Astillero
Julio Hernández
López
A un año de
entregar el poder, Enrique Peña Nieto logró consolidar e institucionalizar la
guadaña calderonista: habiendo empeorado la situación de la seguridad pública
en el país, dueño de marcas históricas en cuanto a homicidios intencionales y
violencia en general, impugnado por amplias franjas ciudadanas y en riesgo su
partido y su candidato de perder las próximas elecciones presidenciales, el
exgobernador del estado de México ordenó el miércoles que al siguiente día la
maquinaria legislativa, bajo control del Partido Revolucionario Institucional y
sus aliados, aprobará por turnos (ayer, los diputados; luego lo harán los
senadores) una alarmante Ley de Seguridad Interior (LSI).
Con esa nueva
normatividad se busca legalizar las acciones militares en materia de combate al
crimen organizado (lo cual, leído a contrasentido, es una contundente confesión
de que ha sido ilegal lo hecho hasta ahora en esa materia), formalizar el uso
de las fuerzas armadas para tareas políticas y sociales que deberían resolver los
civiles, y dotar al mencionado Peña Nieto de los mecanismos de activación
“legal” de soldados y marinos para operaciones delicadas, según el criterio
personalísimo del ocupante de Los Pinos, incluyendo movilizaciones políticas,
sociales y electorales que se salgan de un rango pacífico, conforme a la
valoración discrecional del máximo funcionario del país.
La luz verde
para los futuros tiempos aún más rojos fue dada en San Lázaro, en lo general,
este jueves antes de las cuatro de la tarde, apenas pasado un día de que Peña
Nieto había impelido al congreso a dar su voto mayoritario a favor de una ley
“de imperiosa necesidad”. Los opositores a esa ley hablaron y hablaron en
tribuna, y mostraron una manta de varios metros de largo y cartulinas de
protesta, pero al final fueron superados por una votación cuyo principal rasgo
distintivo no fue la aritmética evidente, con 248 votos a favor de la LSI y 115
en contra (poco más de dos a uno), sino el elevado número de abstenciones (48,
sobre todo de panistas) y de ausentes (llamativo el caso de Morena, con nueve
ausencias, que significan casi el veinte por ciento de su bancada en la cámara
de diputados, mientras del PRI sólo se ausentaba el diez por ciento, según
datos publicados en internet por María del Carmen Nava).
La aprobación de
la LSI, en lo general y en lo particular (con 101 puntos reservados para
discusión en específico), se produjo luego de casi tres horas de simulacro de
debate y análisis, con oradores de oposición hablando como si lo hicieran
frente a una pared, mientras el consorcio encabezado por el PRI aguardaba el
desahogo opositor para luego aplicar la aplanadora numérica: 205 votos a favor,
101 en contra y 4 abstenciones. La siguiente tanda legislativa será en el
Senado, donde seguramente el PRI y sus aliados también la aprobarán y, así,
quedará cumplido el ciclo de esta iniciativa, a todo vapor y previas presiones
expresas de Peña Nieto y de los secretarios de la Defensa Nacional y de la
Marina.
El texto
aprobado tuvo una previa caracterización negativa por parte de varias
organizaciones defensoras de derechos humanos, nacionales e internacionales,
incluyendo la gubernamental mexicana, presidida por Luis Raúl González Pérez.
El titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos advirtió que la aprobación
de este tipo de textos “no puede ser producto de decisiones coyunturales o
políticas”.
González Pérez
aseguró, un día antes de la votación en San Lázaro, que “los potenciales riesgos del dictamen que será
objeto de discusión son múltiples y de diversa gravedad. Tan sólo por mencionar
algunos, se podrían referir desde las imprecisiones conceptuales al mezclar el
ámbito de la seguridad nacional con la seguridad interior; una definición
sumamente amplia y ambigua de esta última permitiría configurar, prácticamente,
cualquier conducta como un riesgo a la misma, para lo cual no habría criterios
objetivos sino una facultad discrecional genérica; la imposición de una reserva
absoluta sobre la información que se genere lo cual haría nugatoria cualquier
expectativa de transparencia; la falta de mecanismos reales y efectivos de
rendición de cuentas; la posibilidad de que las Fuerzas Armadas realicen tareas
de investigación y prevención de delitos; así como la trasgresión a los
derechos de reserva y secrecía en favor de las víctimas al obligarse a todas
las autoridades a entregar cualquier información que sea requerida en este
ámbito”.
También consideró el presidente de la CNDH que es
“previsible” que la aplicación de la LSI “trasgreda, desde el origen, garantías
procedimentales básicas y derechos humanos reconocidos en la Constitución, lo
cual propiciará que los responsables de una conducta ilícita tengan una puerta
abierta para eludir la acción de la justicia por la indebida actuación de las autoridades,
una vez que sus acciones fueran puestas a consideración de un tribunal de
derecho. Mucho de lo que el dictamen refiere como materia de seguridad interior
serían cuestiones que, bajo otra óptica se podrían considerar, como propias del
ámbito de la seguridad pública” (nota de Emir Olivares, en La Jornada: https://goo.gl/FhAJ2x )./
Aún así, las fuerzas peñistas unidas sacaron adelante la
muy impugnada ley en mención. El avance se produjo a un año de que Peña Nieto
deje la oficina presidencial de Los Pinos, en el contexto de una estrategia
multifactorial que pretende instalar a José Antonio Meade como sustituto
“apartidista” y que se alista para contener de diversas maneras las expresiones
de apoyo electoral al virtual candidato opositor, Andrés Manuel López Obrador,
puntero en las poco confiables encuestas de opinión pública y poseedor
indudable de una base de apoyo político y social que podría considerarse muy
insatisfecha si los resultados oficiales de julio próximo le parecen
fraudulentos.
Y, mientras José Antonio Meade ha pedido a los priistas
“defender” a Peña Nieto, pues está “salvando” al país, y terminará su gobierno
“con amor y generosidad”, ¡hasta el próximo lunes!