Washington.- Un compañero roba una idea y luego la saca
frente al jefe. Es una naturaleza humana querer venganza ¿Pero hace sentirte
mejor a la larga? Por qué la revancha, a la larga, puede hacerte sentir peor.
Las personas están motivadas para buscar venganza. Lo del ojo
por ojo, al estilo del Antiguo Testamento, se piensa que trae una sensación de
catarsis y cierre. Un creciente cuerpo de investigación sugiere que puede tener
el efecto opuesto. Si bien la mayoría de nosotros no participará en despliegues
vengativos que acaparen los titulares o garanticen tiempo en prisión, nuestra
vida cotidiana, a menudo, incluye pequeños actos de represalias como chismes
sobre un vecino que lo desairó.
Los psicólogos creen que estamos preparados para la venganza.
Sin leyes ni prisiones, nuestros antepasados más antiguos confiaron en el temor
a las represalias para ayudar a mantener la paz y corregir las injusticias. “Los
actos de venganza no sólo buscan disuadir un segundo acto dañino de un
delincuente, sino que también actúan como una póliza de seguro contra el daño
futuro de los demás, una señal de advertencia de que tú eres alguien que no
tolerarás el maltrato”, comenta un profesor de psicología en la Universidad de
Miami.
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