Washington, EU.- El atentado del lunes en el metro de Nueva
York cometido por un bangladesí que se inspiró en el grupo Estado Islámico, ha
despertado el fantasma de un ataque de gran envergadura durante la Navidad.
“Las fiestas navideñas siempre han levantado la preocupación
de las amenazas”, señala Jeff Ringle, expolicía antiterrorista del FBI y ahora
director de Soufan Group, una empresa que aconseja a gobiernos y
multinacionales en cuestiones de seguridad.
Akayed Ullah, un exconductor de taxi de 27 años que detonó un
artefacto casero adosado a su cuerpo, dijo presuntamente a las autoridades que
escogió su objetivo por las numerosas pancartas navideñas en el túnel que une
Times Square con la estación de Port Authority.
La explosión, que sólo hirió levemente a tres personas, fue
provocada dos semanas antes de Navidad, una época que según los expertos atrae
mucho a los agresores, ya que se concentra un gran número de personas en
espacios concretos.
Tanto en Europa como en Estados Unidos las autoridades han
reforzado la presencia policial en los lugares con mayor aglomeración y
desplegando más bloques de hormigón para prevenir ataques con vehículos.
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