Mérida, Yucatán.- Marco Antonio G. G., de unos 58 años
de edad, de oficio albañil decidió ayer rendirle culto a la diosa muerte.
Su ahora viuda manifestó que su esposo padecía depresión y
que cenó con él y luego se acostaron a dormir.
El caso es que en la madrugada se levantó para ir al baño y
observó a Marco Antonio acostado en la hamaca. La doña volvió a dormirse, pero
como a las 5 de la mañana se levantó para ir a la cocina y prepararse un
cafecito y escuchó los gritos de su hija: “¡mamá ven a ver a papá!”.
La doñita, al llegar al patio, vio a su esposo colgado por lo
que entre ella y su hija lo alzaron y cortaron la cuerda. Dieron aviso a las
autoridades pero cuando los paramédicos arribaron ya estaba muerto.
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