Argentina.- El proyecto Moksha-yoga tiene ya dos años
y son 200 las personas que participan en el Penal de San Martín. Domuka,
chaturanga y uttanasana son palabras que forman parte del mundo “tumbero”
gracias a un grupo de instructores que armaron el proyecto Moksha-yoga en la
cárcel para llevar esta disciplina a los penales.
Hoy voluntarios dan clases de yoga a los internos en
el pabellón de la Unidad Penitenciaria de San Martín. También se escuchan frases
como “manos al centro del corazón, abran el pecho, ahora cobra, después tabla,
respiren, pasamos a estocada y guerrero”.
Los que siguen estas indicaciones son 30 internos que
en silencio, descalzos y con los ojos cerrados, intentan copiar las posturas
que la “profe” Milagros Colombo les muestra con infinito amor y paciencia.
De fondo, los acompaña un mural multicolor que ellos
mismos pintaron con objetivos a seguir: gratitud, voluntad, paciencia,
resiliencia, responsabilidad, libertad y paz son algunas de las palabras que
eligieron colgar en la pared a modo de brújula.
“En las dos horas de clase te olvidas de tus
problemas. Vamos con tabla, con adomuka, con chaturanga y terminaste
realiviado, relajado. Haciendo yoga te sentís libre, salís durante dos horas de
este mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario