Rangún,
Birmania.- Destacando durante su recorrido de este martes, el Papa Francisco
insistió en que el futuro de Birmania depende del respeto a “todos los grupos
étnicos”.
Fue una muestra indirecta de apoyo a
los musulmanes rohinyá que
durante décadas han sido víctimas
de discriminación y, más recientemente, de una ofensiva militar.
El pontífice argentino no mencionó directamente la
ofensiva, que fue calificada por Naciones Unidas de “limpieza étnica”, ni
pronunció el polémico término “rohinyá” en su discurso ante la líder civil
birmana, Aung San Suu Kyi, y otras autoridades en la capital, Naipyidó.
Sin embargo, lamentó que el pueblo de Birmania haya
sufrido “y siga sufriendo por conflictos civiles y hostilidades” e insistió en
que todo el mundo que considere que el país es su patria, merece que se
garanticen sus derechos básicos.

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