Al menos en Soriana Chihuahua una mujer
“cobarde” causó el desorden y los demás no quisieron soltar sus pantallas
Luego se robaban pollos, pan, jamón,
sodas, Sabritas, cobijas, narran los impotentes empelados
Se burlaban y gritaban “el pueblo unido
jamás será vencido”, ¿unido para qué? , se cuestionan
México.- Después de que varias sucursales
departamentales reportaron pérdidas por colocar mal los letreros de las ofertas
de El Buen Fin, con lo cual cientos de compradores se llevaron artículos
diversos a precios de ganga -en franco abuso de los consumidores hacia los
proveedores- los empleados de Soriana Chihuahua hicieron circular una carta en
las redes sociales:
“Nos gustaría que la comunidad se entere de
toda la frustración que pasamos ese día los empleados de ‘Soriana’, que se
enteren de la verdad sobre ese horrible día y no se trata de defender a la
empresa, sino más bien a los colaboradores, porque nadie se imagina lo que se
tiene que trabajar semanas antes para lograr hacer un ‘Buen Fin’, las horas
extras que hay que poner para lograrlo, que ahí dejamos a nuestras familias sin
atender por tener la camiseta bien puesta y lograr el objetivo.
Por otro lado, ese día fue impactante, una
sola persona fue quien causó todo ese revuelo, ella le habló a todos sus
conocidos para que vinieran a tomar literalmente las cosas que por error
estaban marcadas en un aéreo, pero que en la parte de abajo de la isla estaba
el precio bien, en la entrada de la tienda también así como en cada artículo,
pero a esa mujer no le importó el daño que nos causaba, la impotencia que
sentíamos, porque sólo veíamos que todo nuestro esfuerzo se venía abajo, cómo
la gente inconsciente no pensaba en nosotros, sólo tomaban artículos al por
mayor como si se regalaran y no sólo eso, después de que Profeco llegó a checar
el supuesto “error”, se les avisaba que la tienda estaba clausurada, que
dejarán los artículos porque no habría venta y que después de eso la mujer que
ocasionó todo se fuera de la tienda como una cobarde, dejando todo un desorden
por la gente que no quisieron soltar sus pantallas y que transcurriendo las
horas la espera era interminable, no se daban por vencidos, comenzaron a
robarse los pollos de la cocina, pan Bimbo, jamón, sodas, Sabritas etc.”
“Todo lo que estaba a su alrededor para
comérselo sin pagar, esa impotencia que sentíamos de no poder hacer ni decirles
nada, porque al final de cuenta ellos son los supuestos clientes y ya entrada
la noche empezaron a agarrar cobijas, a bajar colchones, a golpear a mis compañeros
cuando intentaron impedirlo y no sólo eso, en la madrugada se juntaron todos a
hacerle bola al abogado de la empresa para exigir que se les regalara las
pantallas, que a ellos no les importaba morirse aquí, con tal de irse con el
objeto, y el maltrato, la humillación que cada instante recibíamos de parte de
esa gente vulgar, mientras nosotros nos reuníamos a rezar para que la
pesadilla se acabará”…
“¿Pueden creerlo? Unido ¿para qué? ¿para el
vandalismo? “Y cuando veíamos que la pesadilla se había acabado por ese día se
venía otra, pues sólo de ver cómo nuestro esfuerzo no había sido suficiente, al
día siguiente a limpiar el recuento de los daños, llegábamos a la tienda con
miedo, con tristeza, sin haber podido dormir la noche anterior por el trauma psicológico
que nos causaron, de todo esto quiero que se entere la gente, porque sólo han
pasado atacando a la empresa, pero esa gente tiene que pagar por lo que hizo
no se vale que salgan triunfantes después de todo lo que nos causaron”.
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