martes, 28 de noviembre de 2017

Malos hábitos alimenticios desencadenan sobrepeso y obesidad

Xalapa, Ver.- Durante su participación en “Sábados en la Ciencia”, Ángel Trigos Landa, director general de Investigaciones de la Universidad Veracruzana (UV), habló sobre la necesidad de transformar los hábitos alimenticios para evitar que se desencadenen enfermedades asociadas al sobrepeso y obesidad.

“Tamales, antioxidantes y algo más”, fue el tema de la charla que ofreció como parte del último periodo de conferencias de 2017 de “Sábados en la Ciencia”, programa dependiente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y de la Dirección General de Investigaciones de esta casa de estudio.

Ante un nutrido público conformado por niños, jóvenes y adultos reunido en el Auditorio “Alfonso Medellín Zenil” del Museo de Antropología de Xalapa (MAX), Trigos Landa advirtió que derivado de malos hábitos alimenticios, la mayoría de la población hoy es adicta al azúcar.

Pero ése no es el único problema, pues a pesar de tener en nuestras manos la decisión de consumir alimentos sanos y nutritivos, recurrimos a productos ricos en grasas saturadas y azúcares, lo cual a la larga ocasiona infartos, embolia, artritis, inflamación y obesidad.

En este sentido, destacó que los malos hábitos alimenticios se vuelven normales si se repiten muchas veces, por ello se debe tener cierto equilibrio de lo que consumimos.

Al principio de la plática, el investigador subrayó “Los buenos alimentos nos ayudan a mantener la salud, pero no tenemos que pensar que una planta medicinal o un té serán cura de alguna enfermedad, sino más bien son coadyuvantes para mantener la salud”.

Comentó que México es considerado el cuarto país más megadiverso del mundo, pues cuenta con la gran mayoría de los ecosistemas que existen, además de que la tierra nos ofrece una gran variedad de frutas y verduras; sin embargo, nuestra cultura también se encuentra inmersa en hábitos llenos de azúcares, almidón, pan y grasas saturadas.

Por ejemplo, la dieta cotidiana de un mexicano está integrada por sopa de pasta, arroz con verdura, frijoles, postre, café con panela, agua de sabor y tortillas. “No obstante, la pasta, el arroz y los frijoles contienen mucho almidón, mientras que el postre y las aguas frescas contienen azúcar”.

Al respecto, manifestó que nuestra dieta no es la que nos ha hecho famosos ni la que ha aportado alimentos nutritivos, ya que la hemos transformado y no representa la situación privilegiada nutricional que deberíamos consumir todos los días.

Por el contrario, adquirimos productos y alimentos ricos en grasas, sal y azúcar, como el pan, sopas instantáneas, pizza, hamburguesas, coffe mate, helados, donas, caramelos, tamales, tortas de tamal y hasta tamales fritos, generadores de grasa mala que obstruye las arterias.

Otro ejemplo es el yogurt light que supuestamente no tiene grasa, pero para que sea consistente incluye almidón, el cual está formado por cadenas de glucosa: el azúcar común, contiene glucosa y fructuosa; la glucosa, está compuesta por ácidos grasos y colesterol.

Lo recomendable es aumentar la ingesta de pescado, salmón, atún, semillas, aceite de oliva, de canola, jitomate, cebolla, compartió.


Como opción, recomendó a la población instalar huertos de traspatio y tratar de retomar las tradiciones anteriores de que cada ciudad cuente con una producción propia de alimentos.

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