martes, 21 de noviembre de 2017

Puente vacacional acabó con tortillas

El kilo de tortilla a mano se vende a 12 pesos
Chignahuapan, Pue.- Los visitantes que acudieron durante este pasado puente vacacional a comprar artesanías, esferas y árboles, se quedaron con las ganas de disfrutar de unas tortillas hechas a mano y llevarlas a su casa, las tortillas se acabaron de tanta gente que había. 
En un recorrido hecho por diferentes tortillerías, las vendedoras nos comentaron que ya no había tortillas hechas a mano y que se acabaron durante este puente. En Chignahuapan es una forma de trabajo que tienen decenas de mujeres y familias, cuya opción han tomado para poder ganarse un dinero a través de la transformación de sus productos. 

Desde hace tiempo, en Chignahuapan las mujeres buscaron una opción laboral y la encontraron en poner a la venta tortillas hechas a mano en un comal. El proceso de competencia inició ya hace algunos años, debido a la alta demanda que tenían los primeros comales. 

Mientras la venta aumentaba, más mujeres decidieron poner su comal para entrar al mercado de la venta de tortillas hechas a mano y el auge inició. Hoy en Chignahuapan existen en las esquinas, locales, mercado, puestos. Así las tortilleras se ganan la vida.

El kilo de tortillas se vende en 12 pesos. Las de comal en algunas casos las vende en 14 el kilo, pero los mismos comerciantes, artesanos y productores de esfera, se han quejado de algunos lugares en las que a los turistas se las ofrecen en 25 pesos, superando por mucho el precio en el que habitualmente se venden a los habitantes de Chignahuapan. 

Este año, como otros, también ha sucedido que las ventas de El Buen Fin y las miles de personas que llegan a Chignahuapan dejen desabasto de alimentos, sobre todo en tortillerías, carnicerías, restaurantes y fondas que venden alimentos.

También los elotes son muy demandados por los turistas, tan es así que muchos pobladores compartieron en sus plataformas las imágenes de largas filas para poder comprar un elote en el zócalo de la ciudad.

Por José Luis Portilla Ruiz


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