La hora de Meade
-
¿La continuidad “ilustrada”?
-
Osorio: fuera, a empujones
-
Nuño, ¿dónde va a “ler”?
Astillero
Julio Hernández López
José Antonio Meade Kuribreña (JAMeKu:
léase “Mid” o “Pepetoño”) ha sido un finalista prefigurado en el extraño
proceso del tapadismo tricolor en la etapa de Enrique Peña Nieto (tan
autoritario como siempre, ese proceso, pero esta vez con ciertos aires
descuadrados, cual si fuera una tragicomedia involuntaria).
Dejar la Secretaría de Hacienda ha
sido un paso obligado para JAMeKu, a fin de ser colocado, según la bola de
cristal de cada adivino (aunque sólo hay y habrá un dedo que proveerá el
veredicto final, inapelable), en el Banco de México o, como anoche lo daban por
hecho las versiones y rumores tan insistentes a la hora de cerrar esta columna,
en la batalla de utilería por la candidatura presidencial del PRI, a pesar del
beso de Videgaray (su desmesurado elogio de Meade ante el cuerpo diplomático
acreditado en México) y con una evidente adhesión a su favor por parte de cúpulas
empresariales, nativas y extranjeras.
Meade se llevó con calma e incluso
con buen humor el presionante curso previo a la toma peñista de decisiones.
Solía decir en privado que nada podría hacer, ni a favor ni en contra, más que
seguir cumpliendo con su trabajo y esperar los tiempos y la designación que,
obviamente, sólo tomaría una persona, conforme a criterios que sólo ella
determinaría.
Hay varias paradojas en el contexto
que define la suerte del renunciante Meade: es un presunto modernizador que,
sin embargo, trata de emerger de un proceso que debería estar en vías de
extinción, cuyo eje de estabilidad perderá fuerza justamente en cuanto dé a luz
la decisión hasta ahora contenida: Enrique Peña Nieto, el ocupante de la silla
presidencial mexicana con peores niveles de popularidad, jefe de un gabinete de
trabajo dominado por calificaciones altamente negativas, causante de desgracias
electorales para su partido (justamente a causa de su impopularidad e
ineficacia), juega a los tapados y se regala la postrera demostración de un
control político que en otros ámbitos no ha tenido. Dedazo al peor estilo
tradicional es lo que hasta ahora ha esperado Meade Kuribreña, el presunto
abanderado de la continuidad ilustrada, el buen operador técnico de las políticas
económicas neoliberales que tienen contentas a las élites y maltrecho al país
en lo social.
También hay un capítulo digno de
película de gánsteres: a Miguel Ángel Osorio Chong lo llevaron a “desistir” de
sus escuálidas posibilidades (conforme al ánimo de Peña) de ser aspirante a la
candidatura priista mediante una intensa campaña de desacreditaciones que
incluyeron evidencias de trasiegos financieros corruptos que habrían quedado en
los archiveros del poder, intocados, sin difundirse, si no hubiese sido
necesario descarrilar las expectativas del exgobernador hidalguense que tenía
el mejor posicionamiento de priistas en las encuestas de opinión, lo cual
constituye justamente su principal impedimento: es el ejemplo clásico del
político tricolor, cargado de demagogia, simulaciones y expedientes oscuros.
Osorio Chong dio las gracias a
quienes impulsaron su precandidatura informal y pareció, hasta anoche, cumplir
con el rol definido en una reunión privada de Peña Nieto con seis presuntos
finalistas (Meade, Nuño, Osorio, Narro, De la Madrid y Eruviel Ávila), en la
que se comprometieron a asumir la decisión del dedo de Peña y ser solidarios
con el beneficiado de tal designación.
Con el amago de los expedientes
delictivos prestos para ser activados en su contra, en caso necesario, Osorio
Chong ve lo que probablemente ha impulsado o, cuando menos, consentido: el
coqueteo del partidito llamado Encuentro Social con Morena, en un movimiento
exploratorio de alianzas electorales que muy poco aportará en cuanto a votos al
partido de Andrés Manuel López Obrador, pero sí en cuanto a tiempos mediáticos,
ciertos recursos económicos y, sobre todo, una vía eventual para encauzar
disidencias priistas no sólo provenientes del ámbito del desahuciado del reino
peñista, Osorio Chong, junto con Jesús Murillo Karam, ha dado aliento al
mencionado Partido Encuentro Social, de tintes de un cierto cristianismo.
Pero, aun cuando anoche la
efervescencia colocaba a “Mid” en lo más alto de las especulaciones
presidenciales, falta ver la suerte del otro precandidato prefigurado, Aurelio
Nuño, el educador que sí sabe “ler”, el objeto de todas las objeciones del
magisterio no oficialista, el más enriquista de los peñistas, distanciado de su
original promotor, Videgaray, y consagrado a demostrar al exgobernador
mexiquense que él sí es de absoluta confianza, que él no traicionará cuando ya
tenga la candidatura en la bolsa o, eventualmente, el poder significado en una
banda de tres colores en el pecho. Ah, y por si hiciera falta, el favorito del
ave políticamente rapaz que en estos días ha retomado vuelo “literario”, Carlos
Salinas de Gortari.
Premuras, presiones y acomodos
mientras López Obrador se alista para registrar su precandidatura virtualmente
triunfadora el 12 de diciembre, el día de la Morenita del Tepeyac. Todo le
sigue saliendo bien al tabasqueño, incluso la difusión del documental que
dirigió Epigmenio Ibarra y del cual ayer tuvo buena aceptación el momento en
que su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, interpreta una canción.
En el Frente de batallas hasta ahora
más internas que externas, el formado por las directivas de PAN, PRD y
Movimiento Ciudadano (“Ciudadano por México”, los apellidos falaces de ese
frente), la legendaria proclividad del sol azteca a la trifulca por las
candidaturas se ha vuelto a manifestar, con la ex pareja sentimental de Mancera
y Barrales nuevamente en discordia, empeñada ella en ser candidata a la
jefatura de Gobierno de la capital del país a cambio de que el panista Ricardo
Anaya lo sea a la Presidencia de México, con el mencionado Mancera tratando de
no quedarse con pocos réditos en la jugada frentista.
Y, mientras, Eruviel Ávila ha dicho
que Nuño, Narro y De la Madrid podrían ser aspirantes a la candidatura priista
al gobierno capitalino, como si no tuvieran más viabilidad en la búsqueda de la
postulación presidencial, ¡hasta mañana!
No hay comentarios:
Publicar un comentario